domingo, 4 de diciembre de 2011

La 4ª Guerra Mundial.

“Un tal”, Albert Einstein dijo: "Yo no sé cómo será la tercera guerra mundial, lo que sí sé es que la cuarta guerra mundial los hombres la disputaremos con palos y piedras". Es cierto, la cuarta guerra mundial será con palos y piedras. Pero no solo por la acción de los cataclismos nucleares que se producían en una confrontación bélica entre potencias del mundo, que también, sino porque para entonces nuestro sistema económico estará basado en el trueque y en el canje de objetos, ya que los gobiernos no tendrán dinero para invertir en la más puntera tecnología armamentística. Hoy en día estamos inmersos en una guerra mundial, salvo que esta no se libra con fusiles, ni carros de combates. Es más, el campo de batalla no son bastos desiertos o ciudades derruidas. Son plazas de bolsas, empresas y hogares. La infantería, todos nosotros, los ciudadanos, estamos sufriendo en nuestros bolsillos como la economía se vuelve cada vez más en contra y cada vez nos pone un peldaño más. Como en toda guerra, no se pasa de la nada al todo en un parpadeo, sino que lleva consigo una preparación previa. Hace ya años, concretamente en el 1996, España acabada de dejar atrás otra “guerra económica” y empezaba a retomar el camino del crecimiento económico. Por aquel entonces, España crecía a un ritmo del 2.2 %. Por encima incluso de Alemania que lo hacía a un 1.4% o de Francia con un crecimiento del 1.3%. Pasaban los años, y cada año, el crecimiento seguía. Era el tiempo de las vacas gordas. Pero…¿Dónde ha ido a parar toda la riqueza que se generaba? Existe un dicho en ciencia, que dice: la energía ni se crea ni se destruye, se transforma. Pues bien. Yo pienso que el dinero ni se crea ni se destruye, tan solo cambia de manos. A lo largo de los años, sin ver, o no querer ver que todo tiene su principio y su fin, se despilfarraron sumas de dinero totalmente brutales en cosas que lo único que han hecho ha sido enriquecer a unos cuantos, y redecorar el paisaje con bonitas torres de control de aeropuertos para “pájaros” y no precisamente de metal, más bien de plumas. Parques incluso más grande que los propios pueblos donde se encuentran, por no olvidarse de los cambios de aceras en los pueblos por otras exactamente igual para llevar a cabo “el súper plan” del gobierno de Zapatero. Aquel llamado plan E, “E” de engaño. Pero ya para entonces, la hemorragia dineraria que había en el país era evidente. ¿Por qué tener a cientos de políticos y cargos públicos con coches oficiales, móviles, dietas etc etc? ¿Cuanto dinero han despilfarrado?. Mientras, el currante seguía levantándose al ser de día para poder seguir pagando con sus impuestos a todos aquellos que se llenaban y se llenan la boca hablando de recortes. Recortes, que no les afectan, porque siguen llevando el mismo tren de vida. Para todo ello, no existía ningún remedio. No contábamos con ningún arma para poder ganar esa batalla. La principal arma que podíamos tener, era la educación. Pero parece ser que no importaba mucho que la tasa de abandono escolar superara el 30% mientras que en países de la Unión Europea, tan solo era del 3%. En esa guerra, con múltiples frentes abiertos, a nosotros nos tocaba luchar en el frente llamado Extremadura. Una comunidad que el 2006 era la cuarta comunidad con mayor crecimiento de España con un 4.31 %. Por delante incluso de comunidades como País Vasco (4.29%), Comunidad Valenciana (4.20%) o Cataluña (4.05%). Entonces…¿Cómo es posible que sea una de las regiones con más paro? Yo no tengo la respuesta. En conclusión, estamos pasando por una época en la que quizás se están pagando errores cometidos en el pasado. Si nos referimos en términos militares, este país salvo el desastre de la Armada Invencible siempre ha ganado las guerras y batallas que ha librado. Se ha caracterizado por la valentía de sus soldados, en este caso, los soldados somos todos y si hay países como Brasil o Rusia que han pasado de la recesión al crecimiento, ¿Por qué no lo vamos hacer nosotros? En definitiva, todo esto no deja de ser retales de una vida.