¿Asta dónde llega la responsabilidad individual? La de cada uno como persona, como individuo y ¿Asta donde llega la responsabilidad colectiva, la del Estado, la de las administraciones u organizaciones? Recientemente hemos asistido al secuestro de un barco pesquero que si bien no llevaba la bandera española, vamos a decir que es español. Al menos por la mayoría de su tripulación. Este barco estaba faenando en la zona conocida del cuerno de África. En el océano Indico. Es conocido de la peligrosidad de esta aguas. Tal es así, que incluso buques de guerra, como fragatas, están allí destinadas para prestar protección a esos pesqueros. Este tipo de protección llega a 100 millas, algo así como entre 150-180 kilómetros. La defensa de los pesqueros se hace en una formación llamada en estrella. Es decir, el buque de guerra se sitúa en un punto y alrededor de él el resto de barcos. Uno de estos pesqueros, sobrepasó este límite de las 100 millas. De todos es conocido ya las consecuencias que surgieron después. A este barco, la fragata de la Armada dio cuatro avisos para que no sobrepasara esa línea imaginaria. Esa delgada línea roja. Las consecuencias fueron claras. De ahí mi pregunta. ¿Dónde llega nuestra responsabilidad y donde empieza la de la administración? Tal es así, que muchas aseguradoras antes de una indemnización, comprueba todo tipo de datos y si alguno de ellos no se ajusta a lo establecido o a lo legal no pagan esa indemnización. ¿Entonces? ¿Deberíamos pagar nosotros nuestra factura de la Seguridad Social si tenemos un accidente de tráfico y no llevamos puesto el cinturón de seguridad? ¿Tendríamos que pagar la factura de los medios movilizados si nos bañamos en una playa con bandera roja? Donde acaba nuestra responsabilidad y donde empieza la de todos. Como seres humanos que somos, tenemos derecho, o el sentimiento de ayudar. Pero, ¿Tenemos que arriesgar nuestras vidas o que mucha gente arriesguen sus vidas por una irresponsabilidad individual? No es lo mismo que vayas por el monte dando un paseo, te caigas, te rompas un tobillo y vengan a rescatarte, a que vayas por zonas boscosas donde es peligroso el senderismo. No estamos solos. Nunca estamos solo y nunca nuestros actos repercuten en nosotros mismos, sino en mucha más gente. Y ese es el problema. Cuando implican a más gente. Como personas, podemos pecar de cierto egoísmo, yo el primero, de cuando estamos en una situación difícil solicitar ayuda sin pensar en los riesgos que con ello se puedan ocasionar. Solo nos importa salvarnos o salvar a nuestros seres queridos. Pero, ¿Y si ha sido por una negligencia del individuo? Así y todo seguiremos teniendo ese egoísmo, que en cierta parte puede ser justificado. ¿A quién no le duele lo suyo? Aunque no haya actuado bien. Donde tiene mi niño lo feo que yo no se lo veo, dice el refrán aplicado a este caso. Así somos. Hubo alguien que dijo una vez ``el ser humano es un animal político, y si le quitamos lo de político obtendremos la definición del hombre´´.
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